Baja el precio del trigo, pero se mantienen los ingresos en dólares
El precio del trigo en Argentina está pasando por uno de sus momentos más críticos en casi una década. Según las proyecciones del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), la producción global alcanzará los 825 millones de toneladas. Esta cifra es asombrosamente alta, superando el promedio histórico, y ha generado un escenario de superoferta que afecta a todos los productores. La consecuencia de esta abundancia ha sido un descenso en los precios, llegando a niveles que no se veían desde 2016.
Lo interesante es que los principales oferentes del mercado están impulsando los precios a la baja con volúmenes de producción sin precedentes. Rusia sigue liderando la producción, y países como Australia se han recuperado de sequías pasadas. Canadá y Estados Unidos también están aportando más toneladas de lo que se esperaba al inicio del ciclo. En este marco saturado, los precios internacionales están disminuyendo, lo que hace que el trigo argentino pierda competitividad, incluso en un año donde la calidad de los rendimientos es excelente.
Qué pasará con los dólares del campo en el verano
Ante esta caída de precios internacionales, surgen dudas sobre cómo esto afectará la producción local. Si bien la baja en el precio del trigo no impactará tanto en los ingresos de divisas, los productores sentirán el golpe, especialmente aquellos que trabajan tierras alquiladas, donde la rentabilidad será baja. La clave para compensar las pérdidas podría estar en un esquema de rotación entre trigo y soja.
Javier Preciado Patiño, un analista de RIA Consultores, compartió que esta baja en el precio no debería afectar significativamente la entrada de dólares al país. Explicó que, a pesar de una reducción de menos del 10% en el precio, la expectativa de altos rendimientos y una cosecha proyectada de más de 25 millones de toneladas crean un panorama alentador. Mientras que se espera un consumo interno estable de alrededor de 7,5 millones de toneladas, eso dejaría un saldo exportable de 17,5 millones, sin contar el stock de campañas anteriores.
Preciado estimó que, con este saldo y el precio FOB actual, el trigo podría generar unos 3.500 millones de dólares, con aproximadamente la mitad de esta cifra entrando entre diciembre y febrero. Además, las buenas noticias no se limitan solo al trigo. También la soja tiene un panorama positivo, con un informe reciente que indica un aumento en su valor a futuro en el mercado. Esto eleva el valor de la producción argentina, a pesar de que el volumen disponible sea menor.
Enojo de los productores de trigo
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) confirmó que Argentina se dirige a una producción de 25,5 millones de toneladas, una de las cifras más altas de su historia. Sin embargo, este registro llega en el peor momento posible, con un exceso global de oferta y una demanda que ya está satisfecha. Esta combinación de producción récord y precios internacionales bajísimos coloca a los productores en una situación difícil, recortando significativamente el valor real de su cosecha.
El aumento en la producción local anticipa una presión bajista sobre los precios. Cada tonelada que se introduce en el mercado enfrenta precios desalentadores, también porque la calidad del trigo ha disminuido, lo que puede llevar a que una parte se venda como trigo forrajero.
El economista David Miazzo, director de Data Miazzo, destacó que la situación actual del mercado es crítica. Con un precio FOB de 207 dólares, el trigo está en niveles idénticos a los de 2019, y para encontrar precios tan bajos hay que retroceder a 2016-2017. Esta situación internacional repercute internamente, donde los productores están recibiendo menos de lo que deberían según la capacidad de pago del sector exportador.
Miazzo confirmó el descontento de los productores, quienes, pese a buenos rendimientos, están sufriendo un efecto de oferta que los deja en una situación desfavorable. Si bien la capacidad teórica de los exportadores es de 177 dólares por tonelada, en la práctica el mercado se mueve entre 162 y 165 dólares, creando así la mayor brecha de los últimos años.
Es importante señalar que la mayoría de la producción de trigo aún no ha ingresado al mercado. Actualmente, el avance de la cosecha se sitúa en torno al 20% de la superficie. Esto significa que la presión a la baja seguirá afectando el mercado en los próximos meses.